Consiste en una funda que encaja sobre el móvil como un guante
aislándolo completamente del exterior hasta el punto de que puedes sumergirlo
en agua a una profundidad de 10 metros sin que sufra ningún daño. También podrás utilizar la pantalla táctil mientras está sumergido. Esto te permitirá utilizarlo bajo la ducha, hacer fotos en la playa bajo el agua o enviar un SMS mientras estás nadando en la piscina.
La capa es tan fina que
apenas mide 0.25mm de grosor e incluso te permite que puedas encajar por encima
alguna de esas gruesas carcasas de plástico más grandes sin ningún problema.
Estas ventajas, de clara necesidad y de uso habitual, tienen, como no, una verdadero inconveniente en estos momentos. Su precio de venta sube hasta los 12 euros en la versión más simple y los 30-40 euros para una versión más grande (modelo que se adapta al tamaño y forma de iPad). En la fotografía superior puedes ver a varios de estos gadgets sumergidos en una pecera llena de agua sin que dejen de funcionar.
Sólo cabe esperar que algunos modelos acaben incluyéndolo de serie algún día.
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